Lino Mondragón, El Correo Gasteiz
Las defensas piden su absolución tras cuestionar en el juicio la credibilidad del atestado policial
Dos películas diferentes sobre un mismo episodio. Ayer quedó visto para sentencia el juicio contra tres miembros de la Asociación de Víctimas del 3 de Marzo por presuntos delitos de «desórdenes públicos, resistencia, atentado a la autoridad, lesiones y coacciones», desarrollado en el juzgado de lo Penal número 1. Los hechos enjuiciados ocurrieron en una manifestación celebrada hace ahora más de tres años, en la primavera de 2006, cuando se celebraba el 30 aniversario de los trágicos sucesos de 1976. Aquel año, en el inicio de la transición del franquismo, cinco vitorianos murieron por disparos de la policía tras una asamblea obrera en la iglesia de San Francisco, en Zaramaga. Ayer, tras cinco horas de vista pública, en las que pasaron por el estrado más de veinte testigos, la fiscal mantuvo las acusaciones y las peticiones de tres penas de 18, 26 y 30 meses para los procesados, Josu Ormaetxea, Andoni Txasko y Aitor Fernández de Ortega. En cambio, las defensas solicitaron su libre absolución tras cuestionar la «credibilidad y verosimilitud» del atestado elaborado por la Ertzaintza y resaltar las «contradicciones» mostradas en el juicio por varios agentes.
Los tres acusados negaron en todo momento que atacaran a los policías hace tres años y sostuvieron, en cambio, que fueron ellos los que sufrieron las agresiones en el momento de ser detenidos y en los instantes posteriores. Sin embargo, varios agentes aseguraron que los encausados habían propinado «patadas o puñetazos» a otros compañeros al resistirse a la intervención policial. No obstante, algunos de ellos no recordaban detalles de lo ocurrido ni cómo se desarrollaron las detenciones.
En cualquier caso, la fiscal restó importancia a ese aspecto y dio por válido su testimonio por la «coherencia» que habían mostrado a lo largo de todo el procedimiento. A su juicio, queda claro que sufrieron lesiones por «actuaciones concretas» de los tres procesados aunque fuera en «tres momentos o episodios diferenciados».
En cambio, las defensas cuestionaron con dureza la «credibilidad» del atestado policial -hecho, a su juicio, «sin objetividad»- e, incluso, su «verosimilitud» en muchos momentos, hecho que atribuyeron a «presiones de los mandos o políticos».
Fotos de presos de ETA
El jefe del dispositivo de la Ertzaintza ese día explicó que la manifestación estaba autorizada pero también dijo que advirtió a la cabeza de la marcha de que debían quitar las fotos de dos presos de ETA muertos días antes y que figuraban prendidas en una ikurriña, que retiraron finalmente los agentes, tras ser desoída la exigencia. En cambio, varios sindicalistas convocantes aseguraron no haber recibido ninguna comunicación escrita con esa prohibición.Diferentes testigos mantuvieron, además, y en contra de la afirmación policial, que no se había oído en los momentos previos a la intervención ningún aviso por megafonía.
Aunque los abogados de la defensa negaron la existencia de delitos probados, uno de ellos aseguró que, en cualquier caso, quedarían «exculpados» por la «arbitrariedad y extralimitación» de la Ertzaintza durante su actuación. Otro había denunciado antes lo que calificó como una «actuación totalmente desproporcionada».