Aquel día, la Policía entró metralletas en mano en una iglesia de Vitoria-Gasteiz donde miles de trabajadores celebraban una asamblea. 34 años después, nadie ha sido condenado por aquellos sucesos.
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Aquel día, la Policía entró metralletas en mano en una iglesia de Vitoria-Gasteiz donde miles de trabajadores celebraban una asamblea. 34 años después, nadie ha sido condenado por aquellos sucesos.
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Pero parece que los culpables son las victimas de aquellos sucesos. Año tras año las manifestaciones se ven acosadas por presencia policial que de vez en cuando se torna violenta, como en el 30 aniversario. Ayer fotografiaban y filmaban a los integrantes de la manifestación como si fuesen delincuentes mientras el máximo responsable de la masacre apura su vida como presidente honorífico de uno de los principales partidos de España y socio preferente del actual Gobierno Vasco