Señor Diputado General, señoras y señores diputados y procuradores. Amigas y amigos aquí presentes.
En primer lugar, queremos agradecer al pueblo alavés, el continuo apoyo y acompañamiento mostrado a esta asociación durante estos largos 32 años en su lucha por conseguir la Justicia, la Verdad y el Reconocimiento que merecen los trabajadores asesinados y heridos en Gasteiz el 3 de marzo de 1976.
Con la entrega de esta medalla, símbolo de la más alta distinción del Territorio, se plasma el reconocimiento por la tarea llevada a cabo desde la Asociación. Esta entrega efectuada por el Diputado General Sr. Agirre en representación de todo el pueblo arabatarra la recibimos con sumo orgullo y agradecimiento y nos anima y estimula para seguir trabajando hasta la plena consecución de nuestros objetivos.
Aunque vamos logrando avances en estos objetivos, especialmente en el relativo a la Verdad, otros tan fundamentales como la Justicia y la Reparación en todos sus ámbitos, siguen pendientes de conseguir.
Esa justicia a la que aspiramos, no la podrán ver algunos de los familiares de los obreros asesinados al haber abandonado este mundo sin ver a sus hijos reconocidos como se merecían. Tampoco la podrán ver José Luís Bóveda y José Antonio Mtz. Heras, fallecidos recientemente como consecuencia, en gran medida, de las heridas producidas por las balas asesinas de la Policía Armada Española. Por eso, es preciso que a la mayor brevedad se tomen medidas para que todas y todos podamos ver corregida esta injusticia histórica mantenida en el tiempo.
Son muchos los agravios comparativos sufridos por las afectadas y afectados que conformamos esta Asociación. Mientras se elaboran leyes, tanto a nivel estatal como autonómico, de reconocimiento y amparo a un tipo de víctimas, a otras, entre las que nos incluimos se nos obvia y margina. A unas se les ampara y homenajea y a otras se nos apalea en los actos de recuerdo y homenaje a nuestros compañeros, e incluso se les detiene y se siguen manteniendo imputaciones, a pesar de la constancia de no existir delito.
Exigimos que se acabe con la discriminación y trato diferencial que se viene dando con las víctimas originadas por el terror del estado a través de fuerzas policiales y parapoliciales. Aplaudimos la actuación de la Dirección de Derechos Humanos del Departamento de Justicia del Gobierno Vasco encaminada al reconocimiento de estas víctimas, muy al contrario, rechazamos las declaraciones realizadas desde la Oficina de Víctimas dependiente del Departamento de Interior de ese mismo Gobierno Vasco tachando de grosera e inoportuna esa recomendación.
Este acto es importante para nosotras y nosotros, no solamente por el compromiso adquirido por esta Diputación de asumir y garantizar el oportuno resarcimiento mediante un Proyecto de Norma Foral conforme a la ley de Solidaridad con las Víctimas del Terrorismo, sino principalmente, por ser la primera vez que desde una institución pública (a nivel popular han sido muchos) se realiza un acto de homenaje y reconocimiento a unas personas que dieron su vida en la lucha por lograr unas condiciones dignas de trabajo y la recuperación e instauración de unas plenas libertades y la democracia.
En este sentido, animamos tanto al Gobierno Central como al Gobierno Vasco a que tomen nota y sigan el ejemplo. El primero, a través de la ley de Memoria, puede, si de verdad tiene voluntad política para ello, contemplar en su justa medida, tal y como se merecen, a todas y todos los damnificados por la actuación criminal dada el 3 de marzo de 1976 en Gasteiz. El segundo, expresando también esa voluntad, puede asimismo elaborar una ley que reconozca a todas y todos los afectados que al igual que las ciudadanas y ciudadanos de Gasteiz en aquella trágica fecha, han sufrido en algún momento la represión proveniente del estado y que hasta el momento actual han permanecido condenadas y condenados al mayor de los olvidos.
Pedro Mª Mtz Ocio, Romualdo Barroso Chaparro, Francisco Aznar Clemente, José Castillo y bienvenido Pereda, permanecerán siempre en la memoria colectiva de la clase trabajadora y forman ya una parte importante de la historia de Gasteiz, de Araba y de Euskal Herria.